Cómo escribir guiones de teatro

Hay tantos métodos para escribir una obra de teatro como autores, por lo que es difícil encontrar buenos manuales que tengan todas las respuestas. Éstas son algunas de las preguntas que deberías hacerte antes de escribir una obra de teatro:

¿Qué historia voy a contar?

La chispa que te inspire para escribir puede tener diversas formas:

  1. Un punto de partida: Una situación divertida, un diálogo ocurrente o un personaje interesante. Ese silencio incómodo tuvo como punto de partida el personaje de Lola, una mujer que cae enferma y quiere que sus hijos firmen un contrato comprometiéndose a no cuidarla. El resto de la historia fue construyéndose alrededor de ella.
  2. Una temática concreta: De pronto, un día, te apetece escribir sobre un tema muy concreto. Algo que está de actualidad, algo que te ha tocado la fibra. El chisme se centra en las malas costumbres que se dan en los pueblos pequeños. La escribí con 18 años, cuando aún vivía en mi pueblo natal y era testigo de aquellas costumbres a diario.
  3. El público: Mantener en mente al tipo de espectador que verá tu obra, o incluso por quién será interpretada, puede ser la mejor manera de dar en el clavo. Si vas a escribir un guión para una función escolar, por ejemplo, tanto la temática y el punto de partida deberán ser acorde a las expectativas de ese público.

¿Cómo estructuro la trama principal?

Una vez escogida la línea general del guión, debes definir la trama principal. La mayoría de historias se estructuran entorno al paradigma de los 3 actos, acuñado por Syd Field:

  1. Acto I: Planteamiento. Presenta a los personajes y un primer "incidente" que desencadenará los eventos principales de la obra.
  2. Acto II: Confrontación. Confronta a los personajes principales con obstáculos que les impidan resolver el conflicto. A mitad, deberán encontrarse en el punto más alejado de la resolución, y hacia el final debe suceder algo que los pone de nuevo en el buen camino, directos hacia el último acto.
  3. Acto III: Resolución. Plantea un punto de confrontación máxima en el que los personajes se enfrenten con sus opuestos (sean éstos circunstancias u otros personajes), y resuelve para llegar al desenlace final. Finalmente, plantea un momento de calma en la que el equilibrio se recupera y sabemos de los personajes principales después de lo acaecido.

¿Cuántos personajes pongo?

El mínimo que te deje contar la historia. Definir la trama principal te dará al menos 2 o 3 personajes principales, pero es probable que necesites más para completar la historia. Mantén este número lo más bajo posible. A mayor número de personajes, mayores dificultades logísticas en el montaje. Piensa que, a diferencia de las novelas o del cine, el coste de agregar personajes a una obra de teatro puede ser muy alto. En una película puedes añadir a un personaje con dos líneas fácilmente, porque el actor que lo interpreta irá al rodaje una mañana, grabará sus dos líneas y se marchará. En teatro tener un personaje más significa que el actor que lo interprete tendrá que estar en todas las funciones y participar en los ensayos.

¿Cómo defino la personalidad de los personajes?

Conviértelos en personas de verdad. Conócelos tal y cómo conoces a personas en la vida real. Eso no quiere decir que tengas que saber todo sobre su pasado, presente y futuro, solo lo suficiente para poder retratarlos. Imagina cómo hablan, cómo se mueven, cómo reaccionarían ante diferentes situaciones, cotidianas y extraordinarias. A mí a veces me ayuda coger características concretas de personas que conozco (especialmente formas de hablar y expresiones) e incluirlas en mis personajes.

¿Cuántos decorados/lugares debería tener mi obra?

La escenografía es uno de los retos más interesantes en el teatro. Si quieres tener un decorado completo y espectacular, es probable que tengas que sacrificar la variedad de escenarios y adaptar tu guión para que suceda en pocas localizaciones. Siempre puedes jugar con las luces y la distribución del teatro para simular otros espacios.

¿Cómo escribo los diálogos?

Cada persona tiene una forma de hablar diferente. Cada uno de tus personajes también debería. Sé natural. Si quieres escribir una obra actual, huye del lenguaje barroco y de grandes párrafos que nadie diría en la vida real. Evita que los personajes expliquen de viva voz lo que está sucediendo. Si puedes contar algo solo con acciones, hazlo. Utiliza acotaciones y direcciones de escena para explicar estas acciones.

¿Cómo remato el guión?

Léelo. Reléelo. Recítalo en voz alta. Quita frases enrevesadas, retoca frases difíciles de pronunciar. Si puedes, pide a otros que lo interpreten. Detecta qué dinámicas funcionan sobre el papel pero no en el escenario y corrígelas.

Cuando el guión se represente, observa las reacciones del público. Si algo no ha funcionado, no tengas miedo de quitarlo. Una de las mayores ventajas del teatro es que las funciones se crean cada día, y si se detecta algo que no va bien, se puede corregir para la siguiente.