Federico García Lorca - 1931
Personajes
PRÓLOGO HABLADOSeñoras y señores:El poeta, que ha interpretado y recogido de labios populares esta farsa de guiñol tiene la evidencia de que el público culto de esta tarde sabrá recoger, con inteligencia y corazón limpio, el delicioso y duro lenguaje de los muñecos.Todo el guiñol popular tiene este ritmo, esta fantasía y esta encantadora libertad que el poeta ha conservado en el diálogo. El guiñol es la expresión de la fantasía del pueblo y da el clima de su gracia y de su inocencia.Así, pues, el poeta sabe que el público oirá con alegría y sencillez expresiones y vocablos que nacen de la tierra y que servirán de limpieza en una época en que maldades, errores y sentimientos turbios llegan hasta lo más hondo de los hogares.(Sale el POETA.)Hombres y mujeres, atención; niño, cállate. Quiero que haya un silencio tan profundo que oigamos el glú-glú de los manantiales. Y si un pájaro mueve un ala, que también lo oigamos, y si una hormiguita mueve la patita, que también la oigamos, y si un corazón late con fuerza, nos parezca una mano apartando juncos de la orilla. ¡Ay!, ¡ay! Será necesario que las muchachas cierren los abanicos y las niñas saquen sus pañuelitos de encaje para oír y para ver las cosas de doña Rosita, casada con don Cristóbal, y las cosas de don Cristóbal, casado con doña Rosita.¡Ay!, ¡ay! Ya empieza a tocar el tambor. Podéis llorar y podéis reír, a mí no me importa nada de nada. Yo voy a comer ahora un poquito pan, un poquitirrito pan que me han dejado los pájaros, Y luego a planchar los trajes de la compañía.(Mira si es observado.)Quiero deciros que yo sé cómo nacen las rosas y cómo se crían las estrellas de mar, pero...
DIRECTORHaga usted el favor de callarse. El prólogo termina donde se dice: "Voy a planchar los trajes de la compañía".
POETASí, señor.
DIRECTORUsted, como poeta, no tiene derecho a descubrir el secreto con el cual vivimos todos.
POETASí, señor.
DIRECTOR¿No le pago su dinero?
POETASí, señor; pero es que don Cristóbal yo sé que en el fondo es bueno y que quizá podría serlo.
DIRECTORMajadero. Si no se calla usted, subo y le parto esa cara de pan de maíz que tiene. ¿Quién es usted para terminar con esta ley de maldad?
POETAYa he terminado; me callaré.
DIRECTORNo, señor; diga usted lo que es preciso que diga y lo que el público sabe que es verdad.
POETARespetable público: Como poeta tengo que deciros que don Cristóbal es malo.
DIRECTORY no puede ser bueno.
POETAY no puede ser bueno.
DIRECTORVamos, siga.
POETAYa voy, señor Director. Y nunca podrá ser bueno.
DIRECTORMuy bien. ¿Cuánto le debo?
POETACinco monedas.
DIRECTORAhí van.
POETANo las quiero de oro. El oro me parece fuego, y yo soy poeta de la noche. Démelas de plata. Las monedas de plata parece que están iluminadas por la luna.
DIRECTOR¡Ja, ja, ja! Así salgo ganando. A empezar.
POETAAbre tu balcón, Rosita,que comienza la función.Te espera una muertecitay un esposo dormilón.(Música.)
DIRECTORCristóbal.
CRISTÓBAL¿Qué?
DIRECTORSalga usted, que el público lo está esperando.
CRISTÓBALYa voy.
DIRECTOR¿Y doña Rosita?
ROSITAMe estoy poniendo los zapatitos.(Se oyen ronquidos.)
DIRECTOR¿Qué es eso? ¿Ya está roncando Cristóbal?
CRISTÓBALYa voy, señor Director. Es que estoy meando.
DIRECTORCállese y no diga barbaridades.
CRISTÓBAL(Apareciendo.)Buenas noches, caballeros.
DIRECTORVamos, don Cristóbal; hay necesidad de empezar el drama. Ésa es su obligación. Usted es un médico.
CRISTÓBALYo soy un médico. Vamos al toro.
DIRECTORPiense, don Cristóbal, que necesita usted dinero para casarse.
CRISTÓBALEs verdad.
DIRECTORGánelo pronto.
CRISTÓBALVoy por la porra.
DIRECTORBravo. Veo que me ha entendido usted.
ENFERMO(Saliendo.)Buenos días.
CRISTÓBALBuenas noches tenga usted.
ENFERMOBuenos días.
CRISTÓBALBuenas noches.
ENFERMOBuenas tardes.
CRISTÓBALNoches negras.
ENFERMO(Tímido.)Quizás te pueda dar las buenas noches.
CRISTÓBALBuenas noches cerradas.
ENFERMOEn vista de esto me he convencido de que es usted un gran médico y que me puede curar.(Enérgico.)¡Buenos días!
CRISTÓBAL(Fuerte.)Te he dicho que buenas noches y es buenas noches.
ENFERMOBravo. Cuando usted quiera.
CRISTÓBAL¿Qué le duele a usted?
ENFERMOMe duele el cuellodonde me cae el cabello,pero no había caído en ellohasta que me lo dijo mi primoJuan Coello.
CRISTÓBALEsto se acaba con el degüello.(Lo agarra.)
ENFERMO¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay! Don Cristóbal.
CRISTÓBALVamos. Tenga la bondad de sacar un poquito el cuello para que le pueda intervenir la carótida.
ENFERMO¡Ay! Yo no lo puedo mover.
CRISTÓBALLe digo que pruebe a mover la carótida.
ENFERMO¡Ay! Es imposible.
CRISTÓBALApártese usted mismo con las manos las yugulares.
ENFERMOSi pudiera ya lo hubiera hecho.(Con agresividad.)Buenos días, buenos días, buenos días, buenos días, buenos días.
CRISTÓBALAhora verás.
Sale. El ENFERMO se queja, echado sobre la barandilla.
ENFERMO¡Ay!, ¡ay!, lo que me duele la carótida. ¡Ay, mi carótida! Yo tengo carotiditis.
CRISTÓBAL(Entra con la porra.)Aquí estoy.
ENFERMO¿Qué es eso, don Cristóbal?
CRISTÓBALEl aparato del aguardiente.
ENFERMO¿Para qué sirve?
CRISTÓBALPara ponerte el cuello caliente.
ENFERMOPero no me haga usted daño.
CRISTÓBALEn el pegar no hay engaño.¿Tienes mucho dinerito?
ENFERMOVeinte duritos y veinte duritos,y debajo del chalequitoseis duritos y tres duritos,y en el ojitodel culitotengo un rollitocon veinte duritos.
CRISTÓBALPues yo te voy a curar.Pero no lo contarás.
ENFERMO(Agresivo.)Buenos días, buenos días, buenos días, buenos días, buenos días, buenos días.
CRISTÓBAL(Dándole con la porra.)Buenas noches. Te agarré. Saca el cuello.
ENFERMONo puedo, don Cristóbal.
CRISTÓBAL(Dándole un golpe.)Saca el cuello.
ENFERMO¡Ay!, mi carótida.
CRISTÓBALMás cuello.
ENFERMO¡Ay!, mi carótida.
CRISTÓBALMás cuello.(Golpe.)Más cuello, más cuello, más cuello.
El ENFERMO saca un cuello de un metro.
ENFERMO¡Ayyyyyyyy!(Mete todo el cuello y se levanta, pero don CRISTÓBAL lo remata.)
CRISTÓBALTe maté, ¡puñetero!, te maté...una, dos y tres,al barranco con él.(Se oye un gran golpe.)Olé, olé, olé, olé.
DIRECTOR¿Tenía dinero?
CRISTÓBALSí.
DIRECTORPues hay que casarse.
CRISTÓBALHay que casarse.
DIRECTORAhí viene la madre de doña Rosita. Es preciso que hable usted con ella.
MADREYo soy la madre de doña Rositay quiero que se case,porque ya tiene dos pechitoscomo dos naranjitasy un culitocomo un quesito,y una urraquitaque le canta y le grita.Y es lo que digo yo:le hace falta un marido,y si fuera posible, dos.Ja, ja, ja, ja, ja.
CRISTÓBALSeñora.
MADRECaballerode pluma y tintero.
CRISTÓBALNo tengo sombrero.Usted sabráque me quiero casar.
MADREYo tengo una hija,¿qué dinero me das?
CRISTÓBALUna onza de orode las que cagó el moro,una onza de platade las que cagó la gata,y un puñado de calderillade las que gastó su madre cuando erachiquilla.
MADREY además quiero una mulapara ir a Lisboa cuando sale la luna.
CRISTÓBALUna mula es mucho; no puedo, señora.
MADREUsted tiene plata, señor don Cristóbal.Mi Rosita es joven y usted es ya viejo.Viejo, viejo pellejo.
CRISTÓBALY usted es una viejaque se limpia el culito con una teja.
MADRE¡Borracho! ¡Indecente!
CRISTÓBALTe voy a poner la barriga caliente.Cuenta con la mula. ¿Dónde está Rosita?
MADREEn camisa en su cuarto. Y está solita.Ja, ja, ja, ja.
CRISTÓBAL¡Ay!, cómo me pongo.
MADRE¡Ay! con el sorongo, ¡ay! con el sorongo.
CRISTÓBALDéme su retrato.
MADREPero firmaremos antes el contrato.
CRISTÓBALRosita, por vertela punta del piesi a mí me dejaranveríamos a ver.
MADRELe verás el piecuando esté contigo.Si me das dinerohará lo que digo.
Se va cantando. Música.
VOZ DE ROSITACon el vito, vito, vito,con el vito que me muero,cada hora, niño mío,estoy más metida en fuego.(Sale ROSITA.)
ROSITA¡Ay! Que noche tan claritavive sobre los tejados.En esta hora los niñoscuentan las estrellasy los viejos se duermensobre sus caballos,pero yo quisiera estar:en el diváncon Juan,en el colchóncon Ramón,en el canapécon José,en la sillacon Medinilla,en el suelocon el que yo quiero,pegada al murocon el lindo Arturoy en la gran chaise-longuecon Juan, con José, con Medinilla,con Arturo y con Ramón.¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!Yo me quiero casar, ¿me han oído?Yo me quiero casarcon un mocito,con un militar,con un arzobispo,con un general,con un macanudode macaneary veinte mocitosde Portugal.(Entra.)
CRISTÓBALEntonces, ¿estamos conformes?
MADREEstamos.
CRISTÓBALPorque si no estamos, yo tengo la cachiporra y ya sabes lo que pasa.
MADRE¡Ay! ¡Qué he hecho yo!
CRISTÓBAL¿Tienes miedo?
MADRE(Temblando.)¡Ay!
CRISTÓBALDiga: Tengo miedo.
MADRETengo miedo.
CRISTÓBALDiga: ¡Ya me ha domado don Cristóbal!
MADREYa me ha domado don Cristóbal.
CRISTÓBALComo domaré a tu hija.
MADREEntonces...
CRISTÓBALYo te doy la onza de oro de la que cagó el moro y tú me entregas a tu hija Rosita, y me lo debes agradecer porque ya está madurita.
MADRETiene veinte años.
CRISTÓBALHe dicho que está madurita, y lo está. Pero a pesar de todo es una linda muchacha. Diga, diga, diga...
MADREQue tiene dos tetitascomo dos naranjitasy un culitocomo un quesitoy una urraquita...
CRISTÓBAL¡Ayyyyyyyyy!
MADREY una urraquitaque le canta y le grita.
CRISTÓBALSí, señor, me voy a casar porque doña Rosita es un boccato di cardinali.
MADRE¿Habla vuesa merced el italiano?
CRISTÓBALNo. Pero en mi juventud estuve en Francia y en Italia, sirviendo a un tal don Pantalón. A usted no le importa nada mi vida. Tiemble usted. Todo el que está delante de mí tiene que temblar, carajorum, tiene que temblar.
MADREYa estoy temblando.
CRISTÓBALLlama a Rosita.
MADRE¡Rositaaaaaaaa!
ROSITA¿Qué quieres?Me quiero casarcon un becerro nonato,con un caimán,con un borriquito,con un general,que para el casolo mismo me da.
CRISTÓBAL¡Ay! Qué jamoncitos tienepor delante y por detrás.
MADRE¿Te quieres casar?
ROSITAMe quiero casar.
MADRE¿Te quieres casar?
CRISTÓBALMe quiero casar.
MADRE(Llorando.)Que no me la trates mal. ¡Ay!, qué lástima de mi hijita.
CRISTÓBALAvisa al cura.
La MADRE se va gritando. CRISTÓBAL se acerca y se van juntos a la iglesia. Suenan las campanas.
POETA¿Le ven ustedes? Sin embargo, más vale que nos riamos todos. La luna es un águila blanca. La luna es una gallina que pone huevos. La luna es un pan para los pobres y un taburete de raso blanco para los ricos. Pero ni don Cristóbal ni doña Rosita ven la luna. Si el Director de escena quisiera, don Cristóbal vería las ninfas del agua y doña Rosita podría llenar de escarcha su cabello en el acto tercero donde cae la nieve sobre los inocentes. Pero el dueño del teatro tiene a los personajes metidos en una cajita de hierro para que los vean solamente las señoras con pecho de seda y nariz tonta y los caballeros con barbas que van al club y dicen: Caramba. Porque don Cristóbal no es así, ni doña Rosita.
DIRECTOR¿Quién habla ahí de ese modo?
POETADigo que ya se están casando.
DIRECTORHaga el favor de no meter la pata. Si yo tuviera imaginación ya le habría puesto de patitas en la calle.
CRISTÓBAL¡Ay!, Rosita.
ROSITA¿Has bebido mucho?
CRISTÓBALMe gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo. ¡Jaaaa! Y mi barriga un gran pastel, un gran pastel con ciruelas y batatas. Rosita, cántame algo.
ROSITAVoy.(Canta.)¿Qué quieres que te cante? ¿El cancán de Goicoechea o la Marsellesa de Gil Robles? ¡Ay!, Cristóbal. Tengo miedo. ¿Qué me vas a hacer?
CRISTÓBALTe haré muuuuuuuuuu.
ROSITA¡Ay, no! Me asustarás.A las doce de la noche, ¿qué me harás?
CRISTÓBALTe haré aaaaaaaaaa.
ROSITA¡Ay, no! Me asustarás.A las tres de la mañana, ¿qué me harás?
CRISTÓBALTe haré piiiii.
ROSITAY entonces veráscómo mi urraquita se pone a volar.
Se abrazan.
CRISTÓBAL¡Ay!, mi Rosita.
ROSITA¿Has bebido mucho?¿Por qué no te echas una siestecita?
CRISTÓBALMe pondré a dormirpara ver si despierta mi colorín.
ROSITASí, sí, sí, sí, sí, sí.
CRISTÓBAL ronca. Entra CURRITO y se abraza a ROSITA y se oyen unos enormes besos.
CRISTÓBAL(Se despierta.)¿Qué es eso, Rosita?
ROSITA¡Ay!, ¡ay!, ¡ay! ¿No ves qué luna tan grande hay? ¿Qué resplandorrrrrrrrr? Es mi sombra. ¡Sombra, vete!
CRISTÓBAL¡Vete, sombra!
ROSITAQué molesta es la luna, ¿verdad, Cristóbal? ¿Por qué no te echas otra siestecita?
CRISTÓBALVoy a descansarpara ver si despierta mi palomar.
ROSITAYa, ya, ya, ya, ya.
Aparece el POETA, se pone a besar a ROSITA y se despierta CRISTÓBAL.
CRISTÓBAL¿Qué es eso, Rosita?
ROSITAComo hay tan poca luz no percibes. Es, es... el aparato de hacer encaje de bolillos. ¿No ves cómo suena?
Se oyen besos.
CRISTÓBALMe parece que suena demasiado.
ROSITA¡Vete ya, aparato!¿Verdad, Cristobita?¿Por qué no te echas otra siestecita?
CRISTÓBALVoy a descansarpara que mi palomo pueda reposar.
Aparece el ENFERMO por otro lado y doña ROSITA lo besa también.
CRISTÓBAL¿Qué es eso que siento yo?
ROSITAEs que ya empieza la puesta del sol.
CRISTÓBALBrrrrr. ¿Qué es eso? ¿Has sido tú?
ROSITANo te pongas así. Son las ranas del estanque.
CRISTÓBALSerán. Esto se acabó y se requeteacabó. Brrrrrrrrr.
ROSITAPero no grites. Son los leones del circo, son los maridos ultrajados que hablan en la calle.
MADRE¡Rositaaaaaaa! Aquí está el médico.
ROSITA¡Ay!, el médico. ¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, mi barriguita.
MADREMal hombre, perro. Por tu culpa ahora nos tendrás que dar todo tu dinero.
ROSITATodo tu dinero. ¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!
Se van.
DIRECTORCristóbal.
CRISTÓBAL¿Qué pasa?
DIRECTORBaje usted en seguida, que doña Rosita está enferma.
CRISTÓBAL¿Qué tiene?
DIRECTOREstá de parto.
CRISTÓBAL¿De partoooooo?
DIRECTORHa tenido cuatro niños.
CRISTÓBAL¡Ay! Rosita. Me las pagará. Mala mujer. Con cien duros que me has costado. Pin, pan, brrrr.
ROSITA grita en esta escena dentro.
CRISTÓBAL¿De quién son los niños?
MADRETuyos, tuyos, tuyos.
CRISTÓBAL(Le da un golpe.)¿De quién son los niños?
MADRETuyos, tuyos, tuyos.
Otro golpe. Dentro grita ROSITA por el parto.
DIRECTORAhora está naciendo el quinto.
CRISTÓBAL¿De quién es el quinto?
MADRETuyo.(Golpe.)
CRISTÓBAL¿De quién es?
MADRETuyo, sólo tuyo.(Golpe.)Tuyo, tuyo, tuyo, tuyo.(Muere y queda echada sobre la barandilla.)
CRISTÓBALTe maté, puñetera, te maté. Ahora sabré de quién son esos niños.(Inicia el mutis.)
MADRE(Levantándose.)Tuyos, tuyos, tuyos, tuyos.
CRISTÓBAL la golpea y entra y sale con doña ROSITA.
CRISTÓBALToma, toma, por... por... por...
DIRECTOR(Saliendo con la gran cabeza asomada en el teatro.)Basta.(Agarra a los muñecos y se queda con ellos en la mano mostrándolos al público.)Señoras y señores: Los campesinos andaluces oyen con frecuencia comedias de este ambiente bajo las ramas grises de los olivos y en el aire oscuro de los establos abandonados. Entre los ojos de las mulas, duros como puñetazos, entre el cuero bordado de los arreos cordobeses, y entre los grupos tiernos de espigas mojadas, estallan con alegría y con encantadora inocencia las palabrotas y los vocablos que no resistimos en los ambientes de las ciudades, turbios por el alcohol y las barajas. Las malas palabras adquieren ingenuidad y frescura dichas por muñecos que miman el encanto de esta viejísima farsa rural. Llenemos el teatro de espigas frescas, debajo de las cuales vayan palabrotas que luchen en la escena con el tedio y la vulgaridad a que la tenemos condenada, y saludemos hoy en "La Tarumba" a don Cristóbal el andaluz, primo del Bululú gallego y cuñado de la tía Norica, de Cádiz; hermano de Monsieur Guiñol, de París, y tío de don Arlequín, de Bérgamo, como a uno de los personajes donde sigue pura la vieja esencia del teatro.