La improvisación teatral es uno de los ejercicios más clásicos dentro del mundo de la actuación. Como cualquier otro juego teatral, su ejercicio ayuda a agudizar los sentidos de los actores y a expandir sus habilidades interpretativas. Las escenas improvisadas son el lugar perfecto para experimentar con técnicas interpretativas, lo que en el curso habitual de un montaje teatral suele resultar complejo.
Claves para una buena escena improvisada
Una buena escena improvisada debería tener las mismas características narrativas que una buena escena guionizada: debe plantear un inicio, con la presentación de personajes; un nudo, en el que un conflicto se presenta; y un desenlace, en el que se resuelve la historia y finaliza la escena.
Los actores que intervienen en una escena improvisada deben:
- Asimilar lo que sucede a su alrededor, entendiendo las intenciones de sus compañeros y reaccionando de manera acorde.
- Imaginar para interiorizar lo que está ocurriendo y continuar hacia adelante añadiendo nuevas ideas.
Es importante mantener un equilibrio en la escena, y no añadir eventos o reacciones que resulten exuberantes o improbables dentro del contexto dado. También resulta clave aceptar las ideas que otros introducen en las escenas, y no tratar de desecharlas porque no nos convenzan.
Finalmente, la clave para una buena escena improvisada es la naturalidad, dejar camino a la espontaneidad cuando haya que reaccionar ante lo que sucede, y no pararse demasiado a pensar la respuesta perfecta.
La premisa como semilla para la improvisación
Para cualquier ejercicio de improvisación se necesita una premisa sobre la que construir el resto de la escena, aunque sea mínima. Estas premisas pueden ser:
- Personajes: dos astronautas, un sacerdote, dos mafiosos rivales, una pareja divorciada, un equipo de fútbol al borde del descenso…
- Contextos: un funeral, una boda, un viaje en barca, una selva amazónica, un interrogatorio…
- Ejemplos situacionales: un espía se despierta tras horas inconsciente encerrado en un ataúd enterrado bajo tierra, un soldado se encuentra frente a una bomba que debe desactivar, una locutora de radio de noche recibe la llamada de un oyente desesperado…
Para imprimir una lista de 50 ejemplos situacionales y tenerlos a mano en tus sesiones de improvisación, puedes descargar el siguiente dossier:
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En este dossier se presentan 50 situaciones de ejemplo con las que arrancar una escena improvisada, clasificadas por el número de personajes que intervienen. Todos los ejemplos plantean, como mínimo, unos personajes y una situación. Muchos de ellos también plantean el punto de giro que genera el conflicto en la escena.
Estos ejemplos son una base para agilizar tus sesiones de improvisación. Experimenta con ellos. Añade personajes inesperados sobre la marcha. Combina varios en una misma escena para explorar posibilidades. Cambia el sexo o la edad a los personajes para encontrar nuevos puntos de vista. En definitiva, diviértete improvisando.